PARA REFLEXIONAR...

Queremos compartir con todos ustedes un correo que nos ha llegado por parte de un padre de uno de los chicos que juega en las divisiones formativas de U.V.V.ADELINA, a raiz de un correo enviado por Prensa y Difusion del club, que explicaba la diferencia que existe entre los clubes que juegan los distintos niveles en los torneos de la Federacion de Basquet de Capital, y el cual expresa en resumen lo que nosotros sentimos.  A continuacion transcribimos el mismo:

"Me parece muy acertado mensurar las distancias entre otros clubes y el de nuestros chicos.
A menudo, quienes estamos en las tribunas acompañando a nuestros hijos, no vemos lo que hay detrás de nuestros equipos (sobre todo cuando los resultados devienen adversos) y entonces:
Con "el diario del lunes" nos parecen desacertados los cambios que se practicaron durante el partido, o las estrategias, las decisiones de los jugadores, etc. sin saber a ciencia cierta los por qué.
A menudo, nos molestan los modos de "carmelita descalza" del entrenador sin reparar en el hecho que hace mucho con "lo que tiene", y en esto me refiero no sólo a las alturas o capacidades condicionales de nuestros muchachos, su experiencia profesional o la inteligencia estratégica, sino sobre todo a la pasión que despliega cuando abre el club por las tardes para que los chicos mejoren (y yo, calculo que como muchos, prefiero que mi hijo pase su tiempo libre tratando de superarse por medio de su trabajo y esfuerzo "extra" que es una de las grandes enseñanzas que deja todo deporte, antes que sentado pasivamente frente a una computadora o peor, en la esquina con la barra del barrio tomando fernet-cola o cerveza)


Muchas veces, cuando los veo "multiplicarse" en la cancha para "empardar" alturas, velocidades, etc., lo que veo es un grupo humano muy sólido. Entre ellos circula una corriente de afecto particular que es propia y característica de la amistad que los une. Para muchos de los nuestros, el basquet no será -probablemente- un medio de vida, pero cuando terminen su formación el deporte les habrá enseñado un modo de vida. Y es ésto -me parece- lo esencial.
Casi nunca reparamos en quienes dan su tiempo y trabajan para que el UVVA pueda existir. Me refiero a quienes hacen el milagro de administrar los magros recursos, cobran entradas, asisten a representarnos en la Asociación, etc. Ellos son a quienes debemos reconocimiento y gratitud, por más que no la pidan ni la esperen.
Por todo esto y mucho más creo que nuestro pequeño club es una gran Institución habida cuenta que un lugar no es el edificio sino la gente que lo habita.


Muchas gracias a Todos, un abrazo,
Paco Padrón - Padre de Facundo ("charango")"